En una muestra más del desprecio del gobierno de Javier Milei por los sectores más vulnerables, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, criticó duramente las leyes votadas en el Senado que buscan mejorar las condiciones de vida de jubilados y personas con discapacidad.
Según el funcionario, si el paquete aprobado en la Cámara alta llegara a implementarse, implicaría un retroceso fiscal, un nuevo salto inflacionario y, en sus palabras, la creación de “4 o 5 millones de niños pobres”. Así lo aseguró en una entrevista televisiva, donde volvió a mostrar una visión económica que ignora la realidad social de millones de argentinos.
Con un tono que rozó lo infantil y cargado de desprecio hacia la oposición, Sturzenegger comparó la situación con la de “un niño que pide un juguete sin saber el costo”, dejando en claro que para el Gobierno los derechos de los jubilados o de las personas con discapacidad son un gasto innecesario. También acusó a los legisladores que votaron a favor de estas leyes de “querer destruir a los argentinos”.
El ministro estimó que las iniciativas representan un 2,6% del PBI y repitió la versión oficial de que gracias a la baja de la inflación “se sacaron a 11 millones de argentinos de la pobreza”, aunque los propios datos oficiales y la realidad en los barrios populares muestran un escenario completamente distinto.
Como si fuera poco, se jactó de haber despedido a “50.000 ñoquis” del Estado, ignorando que detrás de ese número hay miles de familias que quedaron sin trabajo. Lo más insólito fue cuando afirmó que “hoy Argentina tiene más empleados que hace un año”, mientras se multiplican los cierres de empresas, la caída del consumo y la recesión.
Lejos de representar una “transformación”, el discurso de Sturzenegger evidencia la brutalidad de un modelo que no duda en atacar a los sectores más vulnerables con tal de sostener su dogma fiscalista.