El gobierno de Javier Milei sigue avanzando en su política de ajuste y desguace del Estado. Esta vez, el blanco fue el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), un organismo con más de 65 años de historia que cumple un rol estratégico en el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la producción en el país.
A través de un decreto publicado este martes, el Ejecutivo decidió modificar profundamente la estructura del INTA, quitándole su autonomía y subordinándolo a la Secretaría de Agricultura, hoy bajo la órbita del Ministerio de Economía. La medida generó una fuerte reacción del director del organismo, Ariel Pereda, quien denunció que lo que está ocurriendo es, ni más ni menos, un desmantelamiento institucional encubierto.
“Lo que se propone no es una reforma, sino una transformación forzada, autoritaria y extremadamente injusta”, expresó Pereda en una carta pública, donde cuestionó el relato oficial de la “modernización”. “No se trata solo de cambiar una estructura administrativa, se está atacando a una red federal que une ciencia, producción y comunidades en todo el país”, advirtió.
En su carta, Pereda explicó con claridad cómo se destruye una institución sin cerrarla: eliminando su autonomía, debilitando la participación territorial, silenciando a la academia y reduciendo la voz de los productores en el Consejo Directivo. Así, el INTA queda al mando de un presidente con rango de secretario, designado directamente por el gobierno de turno, lo que abre la puerta a una gestión verticalista y discrecional.
Además, denunció que el Ejecutivo sostiene su intervención con información tergiversada o directamente falsa, como el número de cargos jerárquicos, la cantidad de hectáreas o vehículos del organismo. “No solo es mentira, sino que resulta ofensivo para miles de trabajadores comprometidos que sostienen el INTA todos los días con esfuerzo, profesionalismo y vocación de servicio”, agregó.
“El INTA, tal como lo conocimos, está siendo desmantelado con una mezcla de soberbia, ignorancia y oportunismo”, sentenció Pereda. “No se trata de sostener privilegios, sino de defender una institución pública, federal, democrática, científica y meritocrática que ha sido clave en la construcción de un país más justo y productivo”, cerró.
Una vez más, el gobierno de Milei demuestra su desprecio por las instituciones del Estado y por el conocimiento científico nacional. En nombre de una falsa modernización, se destruyen décadas de trabajo colectivo al servicio del país profundo.