Milei rompe el duelo por Francisco y protagoniza un acto antes de partir al Vaticano

Horas antes de emprender su viaje hacia Roma para asistir al funeral del Papa Francisco, el presidente Javier Milei decidió interrumpir el luto oficial que él mismo había decretado. Lo hará para participar de un evento en la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas (ESEADE), donde entregará un reconocimiento académico y brindará un discurso junto a su vocero, Manuel Adorni.

El acto está previsto para las 19 horas de este jueves y será breve, aunque cargado de simbolismo. La actividad fue programada para homenajear al economista español Jesús Huerta de Soto con un doctorado Honoris Causa, en una institución fundada por Alberto Benegas Lynch (h), referente del pensamiento libertario. Esta aparición pública marca una clara ruptura con la suspensión de actividades políticas y de gobierno que había sido dispuesta tras el fallecimiento del Sumo Pontífice, Jorge Bergoglio, a los 88 años.

Como consecuencia del evento, el despegue de Milei hacia el Vaticano se postergará. Estaba previsto para las 22 horas, pero la partida fue reprogramada para la medianoche. El Presidente viajará con la delegación más numerosa que ha llevado en un viaje oficial, conformada por siete funcionarios de alto rango. Lo acompañarán su hermana y Secretaria General de la Presidencia, Karina Milei; los ministros Sandra Pettovello y Patricia Bullrich; el vocero Adorni; el canciller Gerardo Werthein; el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; y el secretario de Culto, Nahuel Sotelo, quien ya se encuentra en Roma como parte de la comitiva anticipada.

Desde el Gobierno argumentaron que la presencia masiva de funcionarios responde a un requerimiento explícito del Vaticano. Tras el funeral, que contará también con la presencia del expresidente estadounidense Donald Trump, la delegación permanecerá tres días en Italia antes de regresar al país el domingo por la mañana.

En paralelo, los restos del Papa Francisco serán expuestos en la Basílica de San Pedro durante tres días para que los fieles puedan despedirse. En un gesto de humildad final, el pontífice argentino pidió no ser enterrado en las criptas tradicionales, sino en un sitio más sencillo en Roma.

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