Martín Menem volvió a salir en defensa de la reforma laboral que impulsa el gobierno de Javier Milei, durante su discurso ante la Unión Industrial Argentina, en un intento por justificar un proyecto que ya generó resistencia en amplios sectores sindicales y políticos. El presidente de la Cámara de Diputados insistió en que la iniciativa mejoraría la situación de los trabajadores, aunque evitó mencionar que las reformas propuestas implican un fuerte recorte de derechos conquistados históricamente.
Menem cuestionó a la oposición por advertir sobre la pérdida de garantías laborales y afirmó que quienes critican la reforma “se olvidan de que hay más de siete millones de personas en la informalidad”. Sin embargo, el libertario no explicó cómo un marco legal más flexible —que abarata despidos, debilita indemnizaciones y habilita modalidades precarias— podría traducirse en mejores condiciones para quienes hoy están desprotegidos.
Con un tono optimista, aseguró que la reforma “incorporará gente al sistema” y que permitirá iniciar “un círculo virtuoso”. La defensa cerrada que hizo del proyecto refleja las urgencias del Gobierno por mostrar resultados políticos en un contexto económico que golpea fuertemente a trabajadores, jubilados y pymes, mientras se profundiza el ajuste fiscal.
El diputado riojano también adelantó que el oficialismo necesitará acuerdos con otros bloques para avanzar, una admisión que evidencia la fragilidad parlamentaria de La Libertad Avanza y la resistencia creciente a las políticas laborales que impulsa Milei.
En otro tramo, Menem ensayó un pronóstico optimista sobre la economía, asegurando que en 2026 “probablemente no tengamos más inflación” y que el crédito volverá a dinamizar la actividad. Declaraciones que contrastan con la realidad de miles de familias que enfrentan tarifas impagables, salarios pulverizados y una economía que no logra arrancar.
Sobre la agenda legislativa, destacó que el Presupuesto 2026 será la prioridad del oficialismo en las sesiones extraordinarias, con la intención de consolidar el “equilibrio fiscal” que el Gobierno exhibe como bandera aunque implique un ajuste profundo sobre provincias y sectores vulnerables. También mencionó que Diego Santilli trabaja en el vínculo con los gobernadores, en medio de tensiones por la falta de transferencias y recortes que afectan directamente a las provincias.
Mientras tanto, el gobierno de Milei insiste con una reforma laboral que, lejos de generar consenso, vuelve a encender alarmas entre sindicatos, trabajadores y sectores productivos que advierten que el camino elegido sólo agrava la precarización.