Después de más de 18 meses de gestión de Javier Milei, los gobernadores de todo el país –sin distinción partidaria– decidieron plantarse ante el Gobierno nacional y presentar un proyecto de ley para exigir la restitución de recursos que la Casa Rosada recauda pero no distribuye entre las provincias. La iniciativa busca que esos fondos pasen a integrar la masa coparticipable, permitiendo así su reparto equitativo.
Este paso representa un giro importante en la relación entre las provincias y el Ejecutivo, en un contexto donde varios distritos enfrentan dificultades concretas, como el pago del aguinaldo de mitad de año. Gobernadores que hasta ahora habían mostrado colaboración o cierta neutralidad frente a la gestión libertaria decidieron alzar la voz, dejando en evidencia que el ajuste también está impactando con fuerza en las cuentas provinciales.
La reunión se llevó a cabo en la sede del Consejo Federal de Inversiones (CFI), donde por segunda vez en pocos días se congregaron mandatarios de distintos colores políticos. La foto del encuentro es inédita: Axel Kicillof (Buenos Aires), Alfredo Cornejo (Mendoza), Martín Llaryora (Córdoba), Jorge Macri (Ciudad de Buenos Aires) y Maximiliano Pullaro (Santa Fe) compartieron la mesa en un claro mensaje de unidad frente al ahogo financiero impuesto desde Nación.
“Valoro la reunión que se hizo hoy”, expresó Kicillof tras el encuentro, marcando el tono de un reclamo que, más allá de lo económico, podría tener consecuencias políticas de fondo. La tensión crece y habrá que ver en las próximas sesiones del Congreso si este reclamo colectivo representa también una fractura política dentro del esquema de apoyos que el oficialismo necesita para avanzar con su agenda.
El proyecto presentado es un claro mensaje: las provincias no están dispuestas a seguir soportando el ajuste sin respuestas. Y si el Gobierno no reacciona, el conflicto puede escalar no solo en lo financiero, sino también en el escenario político nacional.