“Letra chiquita y aburrido”: la diputada libertaria que no leyó el reglamento del Congreso

Karen Reichardt, exvedette y figura mediática que asumirá como diputada nacional por La Libertad Avanza, volvió a generar polémica tras admitir que no leyó el reglamento de la Cámara de Diputados porque “es tedioso y de letra chiquita”. La confesión, que intentó ser una broma, terminó despertando críticas por la falta de preparación con la que varios integrantes del oficialismo llegarán al Congreso.

El texto, que regula el funcionamiento interno de la Cámara baja y establece los deberes de los legisladores, le fue entregado junto con la Constitución Nacional durante un acto encabezado por Karina Milei. Sin embargo, Reichardt contó entre risas que lo leería “el fin de semana”, como si se tratara de una novela y no del manual básico de su futura tarea parlamentaria.

“Nos dieron una libreta, una lapicera y el reglamento”, dijo al describir su primera experiencia institucional, y agregó que no pretende convertirse en una legisladora técnica. “Creo que voy a pedir la palabra. Soy Géminis, nunca sé, pero tengo ascendente en Capricornio”, comentó, mezclando astrología y política en una frase que se viralizó rápidamente en redes.

Cercana al presidente Javier Milei, Reichardt defendió además la reforma laboral impulsada por el Gobierno, justificando que “las cargas sociales son enormes y así es muy difícil sostener empleados”. También se mostró crítica con dirigentes de trayectoria como López Murphy y Randazzo, de quienes dijo estar “harta de escucharlos hablar”.

Para muchos, la liviandad de sus declaraciones refleja la improvisación con la que algunos referentes libertarios abordan la gestión pública. Lejos de la seriedad institucional, Reichardt parece transitar su desembarco en el Congreso con el mismo tono de show que caracterizó su carrera artística.

La frase sobre el “reglamento de letra chiquita” se suma a otras expresiones desafortunadas, como cuando calificó a parte del electorado opositor de “enfermo mental”. En un clima político cada vez más polarizado, su caso resume un fenómeno que preocupa: la banalización de la política como espectáculo y la naturalización de la falta de preparación como si fuera una virtud.