La CGT apuesta a sostener la unidad frente al avance de la reforma laboral de Milei

La CGT volvió a mostrar músculo sindical en una reunión de “mesa chica” ampliada que se extendió por más de tres horas en la sede de la UOCRA, encabezada por Héctor Daer y Octavio Argüello. El encuentro tuvo dos ejes: la renovación de autoridades prevista para el 5 de noviembre y, sobre todo, la preocupación por la reforma laboral que el gobierno de Javier Milei pretende imponer desde diciembre, con el aval de la nueva composición del Congreso.

El clima fue de alerta. Las distintas corrientes internas coincidieron en que la prioridad es sostener la unidad del movimiento obrero —aunque reconocen que es frágil— y prepararse para resistir lo que consideran un ataque directo a los derechos laborales conquistados. “Si es para retroceder, no va a haber negociación posible”, repitió Daer ante los dirigentes presentes, ratificando la línea que viene sosteniendo públicamente.

El metalúrgico Abel Furlán fue uno de los que pidió avanzar con medidas de acción sindical concretas, incluso antes de que el gobierno oficialice su proyecto. El plan incluye conversaciones con gobernadores y legisladores para frenar la iniciativa en el Congreso, así como la posibilidad de recurrir a la Justicia, tal como ocurrió con el capítulo laboral del DNU 70/2023.

Entre los presentes se destacaron figuras de peso como Hugo Moyano, Gerardo Martínez, José Luis Lingeri, Mario “Paco” Manrique, Víctor Santa María, Armando Cavalieri, Marina Jaureguiberry y Maia Volcovinsky, entre otros.

Mientras los dirigentes debatían en la UOCRA, Milei se reunía con una veintena de gobernadores en la Casa Rosada para pedirles apoyo a sus reformas laboral, tributaria y penal. Las declaraciones ambiguas de algunos mandatarios encendieron aún más las alarmas dentro de la CGT.

El sindicalismo peronista sabe que el escenario no es sencillo, pero también que el intento de flexibilización laboral no es nuevo. La consigna es clara: mantener “la unidad a fuego” y defender cada derecho conquistado. “El movimiento obrero no va a retroceder ante un gobierno que quiere gobernar para los poderosos”, resumió un dirigente al salir del encuentro.