El clima social vuelve a tensarse con fuerza frente al brutal ajuste que impulsa Javier Milei. En una semana clave, múltiples sectores salen a la calle para hacerle frente a las políticas de recorte que profundizan el deterioro de la salud, la educación y las condiciones de vida de los adultos mayores.
Como todos los miércoles, los jubilados marcharán al Congreso de la Nación exigiendo un aumento real en sus haberes, arrasados por la inflación y la motosierra del gobierno. Aunque esta vez no habrá sesión en Diputados, las columnas llegarán igual a la Plaza de los Dos Congresos con su reclamo intacto: que no les roben la dignidad.
Al mismo tiempo, los trabajadores del Hospital Garrahan realizarán un paro de 24 horas en repudio a la situación crítica del hospital pediátrico más importante del país. Denuncian mentiras oficiales, recortes y una conducción que solo busca destruir lo que queda de la salud pública. “Estamos sosteniendo hitos de la salud con sueldos miserables, mientras los funcionarios de Milei cobran millones”, denunció Alejandro Lipcovich, referente de ATE Garrahan. La bronca se intensificó tras conocerse que Jorge Menehem, consejero designado por el Gobierno, pasó a cobrar un salario millonario mientras los trabajadores no llegan a fin de mes.
A esta avanzada de reclamos se suma otro frente caliente: las universidades. Este jueves 26 y viernes 27 habrá paro docente y no docente en todo el país, impulsado por gremios como Conadu y Conadu Histórica. El jueves se movilizarán desde Plaza Houssay hasta la Secretaría de Educación en el Palacio Pizzurno, mientras que por la mañana se realizará un abrazo simbólico al Hospital de Clínicas.
“El ajuste está destruyendo todo: la universidad, la salud, las jubilaciones. Este jueves tenemos que gritar basta”, aseguró Jorge Anró, de FATUN, convocando a una jornada de lucha masiva contra lo que calificó como “una política salvaje”.
Mientras se termina el plazo de las facultades delegadas que el Congreso le otorgó a Milei, la calle comienza a demostrar que el pueblo no está dispuesto a resignar sus derechos sin pelear.