El acto de cierre de campaña de Manuel Adorni, vocero presidencial y candidato a legislador porteño por La Libertad Avanza (LLA), terminó envuelto en un fuerte escándalo por denuncias de clientelismo y hechos de inseguridad. El evento, realizado en Recoleta, quedó opacado por testimonios de militantes que aseguraron haber sido convocados a cambio de dinero, pero que nunca recibieron la suma prometida.
Varios de los asistentes al acto expresaron su indignación públicamente. Uno de los jóvenes movilizados afirmó que le habían prometido 25 mil pesos por asistir y que solo le ofrecieron 10 mil. Otro denunció que no le quisieron pagar por negarse a usar una remera violeta del partido. Las quejas se viralizaron rápidamente en redes sociales y generaron una oleada de críticas al armado del acto.
Pero eso no fue todo. También se reportaron robos en el interior del evento, entre ellos, el robo del celular a un periodista que cubría el acto. La situación dejó en evidencia una desorganización total en lo que debía ser el broche de oro de la campaña porteña de Adorni.
Lejos de hacerse cargo, el vocero presidencial se desligó completamente del escándalo y apuntó contra supuestos “infiltrados”. “Hijos de puta hay en todos lados y quienes se aprovechan de situaciones genuinas también”, declaró sin filtro. Según su versión, el incidente fue “armado” para perjudicar a La Libertad Avanza. “La gente sabe que eso no somos nosotros. Lo rechazamos profundamente”, agregó.
Adorni incluso sugirió que algunos de los denunciantes llevaban remeras negras debajo de las libertarias, insinuando que se trataba de una operación montada por sectores opositores.
Sin embargo, las imágenes y testimonios de los presentes parecen contradecir su versión. Lo cierto es que el cierre de campaña del hombre fuerte de LLA terminó por mostrar una postal caótica y desprolija, muy lejos del mensaje de “nueva política” que buscan instalar desde el oficialismo.