Con tensiones previas, discusiones de fondo y una señal clara hacia el interior y el exterior del peronismo, el Congreso del PJ bonaerense avanzó en Merlo hacia la conformación de un frente electoral que se inscribirá en los próximos días.
Reunidos en el Teatro Municipal de Merlo, dirigentes de todos los sectores del peronismo de la provincia se congregaron este sábado en un cónclave atravesado por la necesidad de mostrar cohesión y fortalecer una estrategia común frente al crecimiento de La Libertad Avanza y los desafíos internos de Unión por la Patria.
Tras horas de conversaciones informales y cruces entre sectores, el Congreso aprobó por mayoría la conformación de una comisión que será clave en el armado electoral. La integran cuatro figuras con terminales directas en el gobernador Axel Kicillof y en la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner: Verónica Magario, Gabriel Katopodis, Federico Otermín y Mariel Fernández. A ellos se suma el presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, quien pese a no estar presente físicamente quedó facultado para definir la inscripción del frente junto a al menos dos integrantes del equipo.
La moción, impulsada por el intendente de Almirante Brown, Mariano Cascallares, fue votada luego de un intenso debate que incluyó objeciones al peso relativo de cada sector en la comisión negociadora. Aunque sin protagonismo directo de La Cámpora, el nombre de Máximo volvió a estar en el centro de la escena, como una figura que retiene el poder formal dentro del PJ, incluso cuando algunos sectores pedían mayor representatividad del kicillofismo.
“La consigna de unidad atravesó todas las intervenciones, incluso con matices. Hubo chisporroteos, pero se terminó aprobando lo que se buscaba: una comisión negociadora con capacidad de diálogo amplio”, resumió un dirigente que participó del encuentro.
Además del aspecto organizativo, el Congreso fue escenario para definiciones políticas más profundas. Se volvió a exigir la libertad de Cristina Kirchner, a quien se considera proscripta por la justicia, y se denunció una estrategia de persecución judicial contra el peronismo.
En paralelo, se discutieron balances y cuestiones administrativas del partido, pero el eje estuvo puesto en la construcción del frente electoral que deberá inscribirse antes del 9 de julio. Ese armado implicará conversaciones con el Frente Renovador de Sergio Massa y otras fuerzas aliadas, en medio de una interna tensa y con varias candidaturas en danza.
El telón de fondo del Congreso fue un escenario interno fragmentado. La decisión de Kicillof de desdoblar elecciones y las disputas por el control del sello partidario alimentaron los cortocircuitos entre camporistas y axelistas. Incluso hubo diferencias por la elección del lugar del encuentro, lo que generó reproches de algunos intendentes del conurbano.
Pese a todo, la jornada terminó con una foto de unidad política que busca enviar un mensaje: el peronismo bonaerense se prepara para dar pelea en las urnas, en un contexto adverso y con el desafío de contener a su propia base electoral.
Participación de Cañuelas
El Congreso del PJ bonaerense también contó con la participación de los congresales habilitados por el distrito de Cañuelas. Estuvieron presentes la intendenta municipal Marisa Fassi, el diputado del Parlasur Gustavo Arrieta, y los dirigentes Rodrigo Ruete y Laura Alonso, ambos sin cargo institucional pero con representación congresal partidaria. Los cuatro participaron activamente del encuentro y acompañaron las resoluciones votadas, en línea con la estrategia de unidad del peronismo provincial.