El Gobierno nacional profundiza su plan de privatizaciones y anunció el inicio del proceso para concesionar el predio de Tecnópolis, uno de los espacios culturales y científicos más emblemáticos del país. La decisión se enmarca en la estrategia de ajuste impulsada por la administración de Javier Milei, que apunta a transferir áreas del Estado al sector privado bajo el argumento de reducir el gasto público.
El anuncio fue realizado por el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, quien confirmó que este lunes se lanzará la licitación para que el predio ubicado en Villa Martelli pase a funcionar bajo un esquema de inversión privada. El proceso estará a cargo de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) y prevé una concesión por un plazo inicial de 25 años.
Desde el Ejecutivo justificaron la medida señalando supuestos déficits acumulados durante gestiones anteriores. Según cifras oficiales, Tecnópolis registraría una deuda superior a los 4.800 millones de pesos, además de la falta de equipamiento valuado en más de 500 millones. Con ese argumento, el Gobierno sostiene que la concesión permitiría transformar el predio en una fuente de ingresos y dejar atrás el financiamiento estatal.
En esa línea, el Tribunal de Tasaciones fijó un canon mensual inicial de 611 millones de pesos, monto que el concesionario deberá abonar al Estado. Desde la Casa Rosada aseguran que esta recaudación garantizará ingresos permanentes y evitará nuevas erogaciones públicas, aunque no se detalló qué ocurrirá con el perfil cultural, educativo y social que históricamente tuvo el espacio.
La decisión se da luego de una fuerte reducción del personal, que superó el 30% de la planta laboral. De esta manera, el Gobierno consolida un cambio de rumbo que ya generó preocupación en trabajadores del sector cultural y en amplios sectores que ven en Tecnópolis un símbolo de acceso popular a la ciencia, la tecnología y el conocimiento.
Durante 2024, el secretario de Cultura, Leonardo Cifelli, había defendido el ajuste con duras críticas al funcionamiento del predio, al que calificó como “una máquina de gastar plata”. En ese contexto, acusó a la gestión anterior de haber dejado una estructura sobredimensionada, con deudas millonarias y contenidos que, según su visión, respondían a una lógica política.
Mientras el oficialismo avanza con la privatización, crecen las voces que advierten que la concesión de Tecnópolis implica resignar un espacio público clave, construido como política de Estado para la divulgación científica y cultural, y que ahora queda sometido a las reglas del mercado y la rentabilidad privada.
