La serie argentina El Eternauta, producida por Netflix y protagonizada por Ricardo Darín, se convirtió en un fenómeno cultural que atraviesa fronteras. Pero más allá de su éxito internacional, la historia detrás de su creador, Héctor Germán Oesterheld, emerge con fuerza en este contexto, recordándonos que la dictadura no solo se llevó vidas, sino también sueños, relatos y generaciones completas.
En las últimas semanas, una campaña en redes sociales impulsada por H.I.J.O.S. volvió a poner en agenda la búsqueda de los nietos desaparecidos del autor. Bajo el mensaje: “¿Estás mirando El Eternauta?”, invitan a quienes nacieron entre noviembre de 1976 y enero de 1978 y tengan dudas sobre su identidad a comunicarse con Abuelas de Plaza de Mayo. La razón: dos de las hijas de Oesterheld fueron secuestradas embarazadas y sus hijos nunca aparecieron.
Oesterheld, además de escritor y guionista, fue militante de Montoneros. En 1977 fue secuestrado en La Plata por la dictadura militar. Ya había perdido a sus cuatro hijas —Diana, Beatriz, Estela y Marina—, todas militantes y víctimas del terrorismo de Estado. Diana y Marina estaban embarazadas al momento de su secuestro. Sus bebés podrían haber nacido en cautiverio y haber sido apropiados.
El drama familiar es devastador. A Estela la balearon cuando intentó escapar de su secuestro. A Beatriz la raptaron junto a su compañero Carlos Della Nave. Diana, ya madre de un niño, fue secuestrada en Tucumán. Marina, con ocho meses de embarazo, fue capturada junto a su pareja, Alberto Seindlis, en noviembre de 1977. De todos ellos, nada más se supo.
La historia de El Eternauta cobra así una dimensión aún más profunda. El cómic —publicado originalmente en 1957— fue concebido como una alegoría de la resistencia colectiva. La adaptación de Netflix, situada en la actualidad, honra ese espíritu mientras se aleja del guion original en ciertos aspectos. Pero lo que permanece intacto es el mensaje de fondo: frente al horror, la única salvación es lo colectivo.
Oesterheld no solo escribió una de las obras más importantes de la historieta argentina, sino que pagó con su vida —y la de toda su familia— por soñar con un país más justo. Hoy, con la serie en boca de todos, la historia vuelve a latir. Y con ella, la esperanza de que los nietos apropiados puedan recuperar su identidad.