El escenario político bonaerense volvió a sacudirse tras un fuerte cruce entre el expresidente Mauricio Macri y el actual intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela. Las diferencias, que venían creciendo puertas adentro del PRO, quedaron expuestas públicamente después de que Macri cuestionara con dureza a quienes se alejaron del partido para sumarse a La Libertad Avanza (LLA).
“Tenían precio, y ya los compraron”, lanzó el exmandatario durante un encuentro del PRO en Mar del Plata, en una frase que no tardó en escalar. Aunque no nombró directamente a Valenzuela, la alusión fue clara. El intendente, que en las últimas semanas confirmó su salto a LLA y mantiene una relación cercana con Javier Milei, no tardó en responder. “Si algo no tengo es precio”, retrucó en redes sociales, reafirmando su decisión política y reivindicando su apoyo a Patricia Bullrich como una forma de sostener “el cambio que votaron los argentinos”.
Las declaraciones encendieron un efecto dominó. Desde el entorno de Macri, Fernando De Andreis compartió el fragmento del discurso en X (antes Twitter), y la conversación digital escaló rápidamente. Facundo Pérez Carletti, secretario general del PRO, salió a respaldar al expresidente y cuestionó la actitud de Valenzuela.
En medio de la polémica, Valenzuela se mostró firme en su postura: “Sigo creyendo en los valores que nos llevaron a gobernar, no en la mezquindad partidaria”. También recordó que es el único intendente electo por el PRO en 2015 que aún permanece en el conurbano, como señal de continuidad y coherencia.
La tensión revela una fractura cada vez más evidente en el espacio opositor. Mientras algunos sectores del PRO buscan consolidar una alianza con LLA en la provincia de Buenos Aires, otros resisten lo que consideran una claudicación política. En este tablero en movimiento, los posicionamientos personales parecen comenzar a pesar más que las estructuras partidarias.
La interna no se detiene y anticipa un camino áspero hacia las próximas elecciones. El PRO, entre la memoria del macrismo clásico y los vientos libertarios que ahora soplan fuerte en la política argentina, atraviesa una de sus redefiniciones más profundas.