La escena es familiar: el celular vibra y, casi sin pensarlo, lo revisamos. Una notificación, un mensaje, una red social. Minutos que se vuelven horas y, sin darnos cuenta, el día gira en torno a una pantalla. Según una reciente encuesta realizada por la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires, esta imagen cotidiana tiene respaldo en los datos: casi el 40% de las personas usa el teléfono más de seis horas por día.
El relevamiento, impulsado por el organismo que conduce Guido Lorenzino, indagó sobre los hábitos digitales de adultos, niñas, niños y adolescentes, y los resultados sorprendieron por su uniformidad. No importa la edad: todos, en alguna medida, estamos atrapados en la misma lógica de conexión constante.
Entre los más chicos, el 34,4% utiliza el celular más de seis horas diarias, el 31,3% entre cinco y seis, y el 18,8% entre tres y cuatro. A su vez, uno de cada cuatro no sabe con qué frecuencia lo revisa, mientras que el 21,9% lo hace “todo el tiempo” y un 18,8% cada cinco minutos. Las redes sociales, los mensajes y la música aparecen como los usos principales, pero también el entretenimiento tiene un peso fuerte: el 18,8% juega videojuegos siempre y el 68,8% lo hace de vez en cuando.
Los adultos repiten patrones similares. El 37,2% pasa más de seis horas frente al teléfono, el 22,3% entre cinco y seis, y el 21,5% entre tres y cuatro horas. En cuanto a los motivos, se destacan el trabajo (31,4%), el entretenimiento (30,6%) y la lectura de noticias (21,9%). Al igual que los menores, muchos adultos tampoco logran desconectarse: el 26,2% lo revisa en todo momento y un 18,1% no tiene idea del tiempo que le dedica.
Pero más allá del uso, lo que genera preocupación es cómo nos hace sentir. Un 26,7% de quienes respondieron admitieron que el uso excesivo del celular les produce aburrimiento, cansancio, frustración, ansiedad, estrés o tristeza. Sin embargo, y a pesar de ese malestar, el 26,2% aseguró que no tiene interés en disminuir el tiempo que pasa frente a la pantalla.
En este contexto, la Defensoría lanzó la campaña “Desconectar para conectar”, con la que durante todo el año difundirá estadísticas, análisis y consejos para promover un uso más consciente y equilibrado de los dispositivos móviles. El objetivo es claro: no se trata de demonizar la tecnología, sino de recuperar el control sobre ella.
Porque en un mundo donde estamos cada vez más conectados, la verdadera revolución quizás sea aprender a desconectarnos, al menos un rato, para volver a mirar de frente, compartir una charla sin interrupciones o simplemente estar presentes. Como todo en la vida, el desafío está en el equilibrio.