La caída del consumo masivo en julio alcanzó un récord histórico, superando incluso la crisis de 2001 y la pandemia. A pesar de los intentos de impulsar las ventas con descuentos y promociones, el gasto en hipermercados, comercios barriales y pymes se desplomó un 16,1% interanual, con una caída aún mayor en el interior del país.
La crisis parece estar lejos de mejorar, con una caída del 21% en el consumo en la primera semana de agosto. Los comercios están sufriendo especialmente en el interior, donde la caída en las ventas es aún más pronunciada.
La razón principal de esta caída es la pérdida del poder adquisitivo de los sectores medios, debido a la liberación de los precios regulados y las tarifas, que han aumentado sin control. Además, la devaluación de diciembre ha dejado los precios de los alimentos y bebidas en niveles muy elevados.
Las promociones y descuentos no han logrado impulsar las ventas, y los comercios están acumulando stocks al borde de vencer. La situación es crítica, con escenas de miseria extrema en algunos lugares.
La caída del consumo es generalizada, sin crecimiento en ningún rubro ni canal. Los sectores más afectados son Bebidas con Alcohol, Impulsivos y Higiene y Cosmética.
La situación no parece mejorar en el corto plazo, con una caída del 21% en el gasto en la primera semana de agosto y una deflación en Alimentos. Los comercios están preocupados por el temor a consumir y la falta de estímulo y certeza.