Fines de semana largos: menos turismo, menos consumo y más preocupación en la Provincia

El balance de los feriados de junio dejó en evidencia la gravedad de la crisis económica y su impacto directo en el turismo interno, con caídas pronunciadas tanto en la cantidad de viajeros como en el nivel de gasto registrado en los principales destinos del país. La situación fue especialmente crítica en la provincia de Buenos Aires, donde la retracción se sintió con mayor intensidad.

Según datos relevados por la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME), durante los dos fines de semana largos de junio —por el Día de la Bandera y por la conmemoración de Martín Miguel de Güemes— viajaron 2,1 millones de turistas, lo que representa una caída del 16,6% en comparación con el mismo período de 2024. El gasto total fue de $412.372 millones, una cifra que también descendió un 37,8% en términos interanuales. La estadía promedio se redujo de 2,9 a 2,2 noches, reflejando un patrón de consumo más austero.

La provincia de Buenos Aires mostró algunos de los números más preocupantes. El ministro de Producción bonaerense, Augusto Costa, señaló una caída del 19% en la cantidad de turistas en comparación con el año anterior. Incluso ajustando por la duración del feriado (3 días en 2025 frente a 4 en 2024), la ocupación hotelera se redujo en casi todos los destinos. Mar del Plata, por ejemplo, bajó al 50% de ocupación, unos 20 puntos porcentuales menos que el año pasado. El Partido de la Costa alcanzó apenas el 31%, y Mar Chiquita cayó al 24%, con una baja de 33 puntos.

“La gente viaja menos y gasta menos”, resumió Costa, quien atribuyó esta retracción al efecto de las políticas de ajuste impulsadas por el gobierno nacional. “El turismo necesita un Estado que acompañe, que promueva el mercado interno y defienda el empleo. Hoy vemos lo contrario: un país cada vez más cerrado para su propia gente”, cuestionó el funcionario.

La situación no se limita al turismo bonaerense. En otras provincias, los índices de ocupación también estuvieron lejos de los niveles esperados. Córdoba promedió el 50%, Mendoza no superó ese porcentaje y en Puerto Madryn la ocupación fue apenas del 30%. Solo algunos destinos como Río Negro y Misiones alcanzaron entre el 60% y el 70%, impulsados en parte por eventos locales o turismo de cercanía.

A contramano del turismo interno, el informe de CAME reveló un fuerte aumento del turismo emisivo: en los primeros cinco meses de 2025 viajaron 2,2 millones de argentinos a Brasil, lo que representa un incremento del 96,8% respecto al año pasado. El fenómeno se explica por el atraso cambiario, que encarece los destinos locales para los extranjeros y abarata los viajes al exterior para los argentinos que aún pueden afrontar esos gastos.

En este contexto, la caída del turismo no solo compromete a las economías regionales, sino que también profundiza el déficit de divisas, en un país que atraviesa una recesión con baja actividad comercial y pérdida de empleo. La falta de políticas públicas específicas para sostener el sector y la disminución del poder adquisitivo de la población convergen en un escenario que, lejos de mostrar signos de recuperación, refleja un deterioro creciente.

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