A un día de una jornada que ya quedó grabada en la memoria popular, siguen resonando en todo el país los ecos de la movilización masiva que se vivió en apoyo a Cristina Fernández de Kirchner. Tras la confirmación de su condena y el inicio de su prisión domiciliaria, el pueblo volvió a llenar las calles con un mensaje claro: no a la proscripción política.
Desde temprano, miles de personas se acercaron ayer a Plaza de Mayo, que se vio colmada por una multitud que no solo expresó su rechazo al fallo de la Corte Suprema, sino que también abrazó a Cristina con el cariño y la lealtad de siempre. Según estimaciones de los organizadores, alrededor de un millón de personas participaron de la concentración principal, mientras en ciudades como Mar del Plata, Rosario, Bariloche y Córdoba también hubo masivas muestras de apoyo.
La ex presidenta habló brevemente a través de un mensaje por altoparlantes, agradeciendo el acompañamiento y pidiendo unidad ante el contexto político y judicial que atraviesa. Su voz, amplificada por los parlantes, fue recibida con lágrimas, aplausos y cánticos que reafirmaron el amor de una parte del pueblo argentino hacia su conducción.
En Mar del Plata, un jubilado no ocultó su indignación: “Nos sacan los remedios mientras el presidente recorre el mundo como si nada. Esto es una burla para todos los que trabajamos toda la vida”. Una joven, visiblemente emocionada, recordó cómo su familia accedió a la jubilación gracias a las políticas kirchneristas: “Mi abuela fue empleada doméstica y se jubiló con Cristina. A mi mamá la explotaban en una fábrica y hoy tiene una mínima, pero con dignidad”.
Desde Bariloche, vecinas y vecinos denunciaron el deterioro de los servicios públicos y el encarecimiento de la vida cotidiana. “No hay médicos en el hospital zonal, no alcanza para vivir, y nos quieren convencer de que el problema es Cristina. No les creemos más”, expresó una mujer en medio de la movilización.
En Rosario también se vivieron momentos cargados de emoción. “Gracias a Cristina tengo mi casa, mis padres se jubilaron con ella. Pero más allá de lo individual, estamos acá por un proyecto que nos incluía a todos”, dijo una manifestante.
La movilización dejó un mensaje contundente: no hay condena judicial ni operación mediática que logre borrar el amor de un pueblo que no olvida quién lo defendió en los momentos más difíciles. Mientras el gobierno de Milei aplica el ajuste más brutal de los últimos tiempos, la calle volvió a ser el lugar donde se dice basta.