La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner confirmó que será candidata a diputada provincial por la Tercera Sección Electoral de la provincia de Buenos Aires, y el anuncio sacudió al tablero político del peronismo. Desde el oficialismo bonaerense ya sabían la noticia, pero aprovecharon para insistir en la necesidad de una “unidad estratégica” para enfrentar a Javier Milei, dejando en claro que no aceptarán “condicionamientos internos”.
El lunes por la noche, Cristina anunció su candidatura en una entrevista televisiva, donde también señaló que es tiempo de “volver a discutir los temas que le importan a la sociedad”. La decisión, según fuentes cercanas a Axel Kicillof, ya había sido comunicada semanas atrás durante un encuentro político en La Plata, donde participaron Sergio Massa y Máximo Kirchner, entre otros dirigentes.
La reacción desde el entorno de Kicillof fue de respaldo, aunque con cierto desdén estratégico: “Ya sabíamos”, afirmaron, mientras el ministro Carlos Bianco remarcó que la postulación no altera en nada el escenario político. “Es una gran candidata. Ya hablé públicamente de esto varias veces”, señaló.
Desde otros sectores del peronismo, incluso, hubo algunos comentarios irónicos. Un intendente de la quinta sección deslizó: “Es fácil ser candidata en la tercera”, en referencia al fuerte dominio del peronismo en la zona, donde 17 de los 19 municipios están gobernados por ese espacio.
La Tercera Sección es un bastión clave para el peronismo: incluye distritos como La Matanza, Quilmes, Lomas de Zamora, Florencio Varela, Avellaneda, entre otros, y concentra casi 5 millones de electores. En septiembre se renovarán 18 bancas legislativas allí, por lo que la candidatura de Cristina apunta a reforzar la presencia de Unión por la Patria en la Legislatura bonaerense.
La expresidenta y el gobernador coincidieron en los últimos días en un mensaje común: la unidad del peronismo es indispensable para frenar el avance de Javier Milei. Sin embargo, desde el entorno de Kicillof fueron claros en que esa unidad debe construirse con amplitud, pero sin imposiciones de ningún sector. “Hay que trabajar en las condiciones de la unidad para ganarle a Milei, no para disputas internas”, reiteró Bianco.
Lo cierto es que, por ahora, no hay reuniones previstas entre Cristina y Kicillof, ni señales concretas de un armado común. La tan mencionada unidad aparece más como una bandera discursiva que como un hecho tangible, al menos en el corto plazo.