En una jugada inesperada y con final sorpresivo, el Senado de la Nación rechazó la llamada Ley de Ficha Limpia, que buscaba impedir que personas condenadas por delitos de corrupción pudieran ser candidatas a cargos públicos. El proyecto obtuvo 36 votos afirmativos, uno menos del mínimo necesario de 37, lo que frustró su aprobación definitiva.
El foco estuvo puesto en el rol decisivo que jugaron los senadores misioneros Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, quienes votaron en contra de la iniciativa, alineándose con el bloque de Unión por la Patria. Este espacio, que tuvo una sola ausencia, cerró filas para frenar lo que consideraron un intento de proscripción disfrazado de “transparencia electoral”.
El rechazo provocó una fuerte reacción del oficialismo. Desde el entorno de Javier Milei, el mensaje fue claro: acusaron a los senadores de traicionar a la ciudadanía. La Oficina del Presidente emitió un comunicado cargado de enojo, señalando que “el Presidente aborrece la actitud de los senadores que han optado por priorizar la defensa del pueblo al que dicen representar”.
En el recinto, el desenlace generó sorpresa y alivio en el peronismo, donde hubo festejos y abrazos. “¡Vamos Rovira!”, gritó una legisladora en referencia al jefe político misionero, dejando entrever que hubo estrategia coordinada.
Desde la oposición, algunos legisladores acusaron al oficialismo de no haber trabajado con eficacia para garantizar los votos. Incluso hubo quienes sospecharon que sectores de La Libertad Avanza no querían entregarle la victoria política a Silvia Lospennato, autora del proyecto y potencial candidata en CABA.
Juliana Di Tullio fue contundente al fundamentar su voto negativo: “Esta ley busca inhabilitar a una persona inocente. Es inconstitucional y vulnera tratados internacionales. Están entregando el poder político al Poder Judicial”.
De haberse aprobado, la norma podría haber tenido consecuencias directas sobre una eventual candidatura de Cristina Fernández de Kirchner, hoy condenada en la causa Vialidad, aunque sin sentencia firme. Ahora, tras su rechazo, el proyecto no podrá tratarse nuevamente en lo que resta del año.